Los primeros astrónomos
La pintura que se muestra se titula La escuela de Atenas del artista renacentista Rafael Sanzio (1510-1511).
Almacenamiento de libros en la biblioteca. Grabado de 1876.
Biblioteca de Alejandría
Fundada por Ptolomeo I en el siglo III a.C. con el próposito de compilar todas las obras del ingenio humano. Se cree que llegó a albergar hasta 700.000 manuscritos clasificados y catalogados, y gozaba de derechos legales de registro. La organización fue llevada a cabo por el poeta Calímaco de Cirene y Zenódoto, quienes elaboraron uno de los primeros catálogo temático denominado pinakes (más de 120 libros). Las obras tenían formato de rollo de papiro o pergamino (como se muestra en la figura en la izquierda), que eran copiadas (por los amanuenses) a mano para crear distintas ediciones. En esta biblioteca se tenían copias muy valiosas de los textos del mundo antiguo. La destrucción de la biblioteca comenzó con un incendio resultante de un ataque de Julio César. Posteriormente, se vieron involucrados asuntos religiosos (cristianismo e invasión árabe) con respecto a libros paganos.
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Entre los sabios de Alejandría se encuentran: Euclides, Arquímides, Hiparco, Aristarco, Hipatia, Claudio Ptolomeo, entre otros. Gran parte de ellos fueron grandes astrónomos que plasmaron sus teorías en obras de Alejandría.
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Anécdota: El palimpsesto de Arquímedes
Arquímides de Siracusa fue uno de los científicos más importantes de la antigüedad (250 a.C.) que contribuyó en los campos de la ingeniería, matemáticas, astronomía, física, entre otros. Sus obras fueron copiadas de los papiros a pergaminos en la edad media, que fueron empastados y recopilaban los conocimientos de este sabio. Por ausencia de papel en el siglo XII, este libro fue desempastado y sus hojas recubiertas con pintura blanca para que quedara como un libro en blanco. Este libro en blanco fue utilizado como libro de apuntes de los monjes de un convento de la edad media, en el que escribieron sus oraciones, acompañadas de íconos y figuras religiosas. Finalmente este libro terminó en la Biblioteca de Constantinopla, y tiempo después fue comprado en una subasta por un anónimo multimillonario. Se han realizado múltiples estudios con técnicas modernas de rayos-X, con el fin de obetener el contenido de fondo del libro, sin deteriorar el de la superficie. En la figura del costado derecho se observa un fragmento del palimpsesto, en el que las líneas horizontales corresponden a la obra de Aquímedes, y las verticales al texto litúrgico.